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ENTREVISTA A ESTHER DÍAZ LLANILLO POR GLORIA VERGES

ENTREVISTA A ESTHER DÍAZ LLANILLO POR GLORIA VERGES

(agosto 2003)

 GV: En el panorama de la cuentística que se escribe hoy, el suyo es un caso totalmente peculiar, ya que publica su primer libro de cuentos en 1966 y después hay un silencio –por lo menos editorial- de 33 años hasta la publicación de Cuentos antes y después del Sueño en 1999.

¿A qué se debe ese “silencio editorial”? ¿Siguió escribiendo durante esos años? ¿Cómo fue el reinicio?

 EDLL: Sobre mi silencio editorial, debo aclarar que fue voluntario, pues después de la publicación de mi libro  El Castigo en 1966 en mi país la literatura era de contenido social, y yo estimé en aquel momento que mis cuentos, tan imaginativos, no tenían nada que decir a la sociedad, aunque algo escribí para mí misma, pero muy poco, ya que me dediqué a mi carrera de bibliotecaria y a crear una familia. Un ejemplo de esta etapa intermedia es el cuento La Tía.

En 1996 Mirta Yáñez y Marilyn Bobes publican Estatuas de Sal, selección de narradoras cubanas, asisto a la presentación del libro donde aparecía incluido mi cuento Anónimo y a los círculos literarios que Mirta dirigía en la Casa Lezama Lima; así surge en mí de nuevo, bajo el estímulo personal de Mirta, mi conciencia como creadora.

En 1997 publico unos cuentos en el no. 5, sept.-oct. de La Gaceta de Cuba y, posteriormente, en 1999, aparece mi libro Cuentos antes y después del Sueño, donde el Sueño simboliza los treinta y tanto años que estuve sin publicar.

GV: Tres años después de publicar dos libros de cuentos bajo el título Cambio de Vida. ¿Cómo usted situaría estos cuentos dentro de su obra?

 EDLL: En realidad Cambio de Vida se publicó en el 2002 por la Editorial Letras Cubanas, es decir, el año pasado, pero los dos libros que incluye (Cambio de Vida y Regresión) fueron escritos para el Premio Alejo Carpentier 1999 y 2000 respectivamente, donde ambos obtuvieron mención.

En mi opinión, con estos cuentos alcanzo mi madurez como escritora. Aunque no son ellos los únicos, puesto que existe otro libro más reciente aún inédito. y tengo relatos publicados en libros anteriores que considero logrados, algunos de los cuales han sido seleccionados para antologías.

GV: ¿De qué “materiales” se vale Esther Díaz Llanillo para escribir sus cuentos y de dónde le viene ese gusto por lo fantástico, insólito, misterioso, por el humor negro?

EDLL: Los “materiales” de mis cuentos parten de mis propias vivencias y de las vivencias y anécdotas ajenas a las cuales aplico la imaginación para transformarlas en una realidad fantástica, donde el orden de la otredad (cuyas leyes nos son desconocidas) transgrede nuestro orden real (cuyas leyes conocemos). 

Entre mis temas están: los sueños, la muerte, alteraciones del tiempo y el espacio. Lo psicológico: como la doble personalidad, la locura, la vejez, la soledad, el miedo.  Lo parapsicológico: como  la existencia de fantasmas, espíritus, ángeles.  Las relaciones de Dios con el hombre. El absurdo. Tengo  además cuentos de bibliotecas, pues yo he sido bibliotecaria.

Mis personajes son hombres y mujeres comunes, tanto  jóvenes como viejos, que de pronto se ven envueltos en una situación inesperada  que los atrapa. Hay también relatos fantásticos donde aparecen dioses, espíritus, ángeles, animales y hasta una planta, como en mi cuento El Jarrón amarillo.

El gusto por lo fantástico surge en mí espontáneamente, quizás en algo haya influido   la lectura de cuentos de hadas en mi infancia, pero siempre he sido muy imaginativa y encuentro que a través de los fantástico se pueden expresar estados de ánimo, incógnitas, inquietudes y experiencias sorprendentes desde un punto de vista especial; en fin: que en mí lo fantástico es una “visión” y “expresión” de la realidad interior y exterior, propia o ajena. En mis primeros cuentos surgió espontáneamente supongo que por afinidad; ahora constituye un hecho voluntario en el que me siento muy bien.

En cuanto al humor negro o la ironía, son recursos que utilizo para atenuar o reforzar el horror o el sufrimiento, según sea el caso, o para dar una nueva connotación al cuento. Nos permiten ver los hechos desde otro punto de vista más intelectual, lo mismo ocurre con el absurdo.

GV: ¿Cuáles son sus libros de cabecera? ¿Qué escritores suscitaron su vocación de escritora? ¿Cuándo fueron sus primeros escritos y de qué tipo?

EDLL: En cuanto a mis libros de cabecera, considero que son los de cuentos de Jorge Luis Borges.

Siendo  adolescente  leí  a  Kafka y a Edgar Allan Poe y,  finalmente, estando  en   la Universidad, a Jorge Luis Borges, sobre  cuya  obra literaria hice mi Tesis para optar por el título de Doctora en Filosofía y Letras. Borges fue definitivo para mi creación literaria.

Poe influyó en el horror. Kafka, en las atmósferas enrarecidas. Borges, en el estilo, el gusto  por  la  adjetivación  sugerente, en   las   enumeraciones  contradictorias, en  la búsqueda de la perfección y en el enfoque intelectual de algunos de mis cuentos.

En cuanto a mis primeros cuentos, datan de la década de los años cincuenta, yo empezaba mi carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. Eran de corte fantástico y una selección de ellos fue publicada en 1966 bajo el título El Castigo, después fueron incluidos en 1999 en mi libro Cuentos antes y después del Sueño en su primera parte.

GV: ¿Cómo es el proceso de creación de un cuento? ¿Cuáles son las etapas? ¿Cómo escribe Esther Díaz Llanillo?

EDLL: Creo mis cuentos de distintas formas, por ejemplo, una es la inspiración. La inspiración lo atrapa a uno, lo lleva de la mano y no se sabe muchas veces hasta dónde se va a llegar, un ejemplo de ello lo constituye mi cuento La última moda.  Otros cuentos los creo sobre la base de una idea: pienso un título, un tema, o una frase final. A veces paso días ideando un cuento y desarrollándolo en mi mente hasta que al fin me decido a escribirlo. En otras ocasiones me baso en vivencias propias o ajenas y en anécdotas que me cuentan y que me motivan.

Cuando rompo a escribir mi mano corre libremente hasta el final. Esta primera etapa lleva muy poca autocensura. Posteriormente empiezo a quitar, a añadir, a modificar. Paso muchos días en este proceso de pulir el trabajo. Busco los finales sorpresivos, las atmósferas enrarecidas, a veces doy un toque poético a la descripción, los adjetivos son para mí muy importantes y sugerentes. Algunos cuentos están precedidos de una investigación previa de datos como búsquedas en enciclopedias, tal es el caso de La Casa de los espejos, o de entrevistas a personas. En algunos relatos hay humor negro, ironía o el absurdo, como en Una amiga inolvidable o en Disloque. Si el cuento no puede ser escrito de un solo golpe, hago unos apuntes con las palabras claves que me indiquen las distintas etapas que quiero desarrollar y si, como me ha ocurrido en una ocasión, mi computadora se apaga, escribo inmediatamente a mano el esquema que me falta por desarrollar, frases e ideas al respecto, pues en ese caso la interrupción ocurre en medio de la creación. Ésta es la razón por la cual prefiero escribir a mano la primera versión del cuento, después lo paso a la computadora y allí lo empiezo a pulir. El proceso inicial de creación es insustituible y el escritor debe cuidarlo por sobre todas las cosas, es el instante en que nace su criatura. Los finales de mis cuentos son para mí sumamente importantes y hacia ellos encamino toda la historia, por lo general me gusta sorprender al lector.

GV: ¿Qué le interesa en el cuento breve? ¿Qué proyectos tiene? ¿Qué está escribiendo?

EDLL: Del cuento breve me interesa su poder de síntesis.   Aunque  mis   cuentos tienden a ser breves, me gustaría lograr cuentos más cortos todavía. Creo que en algo lo he obtenido con mi relato Premiación. El cuento breve es la síntesis imaginativa de la cuentística.

Respecto a mis proyectos, tengo un libro inédito que espero publicar y sigo escribiendo cuentos fantásticos algunos de los cuales voy a incluir en ese libro. Es para mí muy importante mantener la comunicación con el lector y sorprenderlo. Todavía me queda mucho por imaginar y crear para él.